Cuidado con los resfriados … Aaaaaachússsss !!!
Llega el invierno y con él la bajada de temperaturas y de nuestras defensas. Es el momento propicio para el ataque de los virus responsables del resfriado, porque el catarro o resfriado, como la gripe, son provocados por virus y no por bacterias.
Al contrario de lo que ocurre con las bacterias, contra las cuales existe un amplio arsenal químico, para los virus del resfriado no existe medicina que los destruya, tan solo podemos aliviar los síntomas.
Frente a este panorama, seguir una buena alimentación es básica como tratamiento alternativo. De hecho, hay evidencias científicas de que una alimentación rica en frutas y verduras frescas puede prevenir el resfriado y, aunque no curar, si reduce los síntomas y acorta su duración.
Un ejemplo de esto es lo que ocurre con la vitamina C, a pesar de no haber pruebas concluyentes, se ha demostrado que en ciertas personas un aporte entre 500 y 1000 mg de vitamina C al día reduce los síntomas del resfriado.
Por otro lado, también se ha visto que un consumo de otras vitaminas y minerales como zinc, selenio, vitamina E y betacaroteno, pueden disminuir el número de infecciones respiratorias porque son poderosos antioxidantes.
Todos estos nutrientes se pueden conseguir a través de una dieta variada. Por ejemplo son ricos en:
1. Vitamina C: alimentos como cítricos, kiwis, patatas, pimientos, tomate y vegetales verdes (brécol,
lechuga, espinacas…)
2. Selenio: el bacalao, el atún, los mariscos en general, las pipas de calabaza y el salvado de trigo.
3. Zinc: las ostras, semillas de sésamo y el germen de trigo.
4. Vitamina E: aceite de girasol, pipas de girasol, almendras y germen de trigo.
5. Betacaroteno: zanahorias, grelos, berros, espinacas, orégano, pimiento, albaricoques, granada y, en
general, todos los alimentos de color naranja/rojo fuerte.
No podemos olvidar otros no menos importantes como el ajo que, además de su gran contenido en antioxidantes, tiene propiedades antivíricas.
Por último, no hay que olvidar que los antioxidantes son muy sensibles al calor y se destruyen cuando cocinamos los alimentos. Por ello, se recomienda tomar frutas y verduras frescas o poco cocinadas para aprovechar todo su potencial antivírico y decir adiós a los resfriados.